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MUSICA
4 de mayo de 2017
“Nuestra música es un intento por lograr hacer una manifestación sonora de forma comunitaria con las distintas tendencias musicales de sus integrantes”
Khaikha
Cola de Zorro
Viernes 30 Enero, 2015
2015. Autoedicion
La reducción a la mitad del personal de la banda de Valparaíso, Cola de Zorro, no ha disminuido en nada su sonido expansivo y la efectividad compositiva e interpretativa demostrada en “Can can” de 2012. Si en ambas partes de ese disco el entonces sexteto desarrollaba un jazz rock con momentos relativamente free y un halo progresivo, el ahora trío conformado por Pablo Rivera, César Bernal y Felipe Medina, indaga en otras intensidades y atmósferas, donde el rock es soporte para una serie de exploraciones a nivel de estructuras y sensaciones.
Probablemente, el frenético interludio 'Allá va' sea el último vestigio de jazz rock en Cola de Zorro, ahora más preocupados de echar mano al folclor en el inicial 'El sauce', una canción donde Tortoise y Los Jaivas se dan la mano en uno de los pasajes inspirados del disco. Por otra parte, el trío desarrolla interesantes exploraciones rítmicas en 'Janeiros', un tema cuyo pulso va in crescendo (algo similar ocurre en 'Khaikha') y que alberga dos partes en su interior cuya sugerentes progresiones tienen más que ver con Canterbury que con el rock progresivo efectista. En ese sentido, 'El Conjuro' es, quizás, la mejor canción en tanto atmósfera, cuya idea de viaje sicodélico está dado por un notable manejo de la tensión, destacando el uso de electrónica y una percusión muy expresiva.
Como esto es música instrumental, los timbres están muy bien definidos y trabajados. La guitarra de Medina es ácida, sostenida y es solista la mayor parte del tiempo; la sección rítmica destaca: el bajo de Bernal es a veces pendular, a veces circular, como en el kraut; y la batería de
Rivera es sofisticada y sugerente sin caer en virtuosismos vacíos. Como esto es rock, hay momentos explosivos, como en el cierre de 'Gato=trébol', pero como esto es también experimental, hay pasajes donde todos los timbres se ponen al servicio de texturas y atmósferas, como caminos que no van a ningún lado, pero cuya gracia es caminarlos.
Vale resaltar la reinvencion de Cola de Zorro. Es probable que esta etapa de búsqueda pueda decantar en una propuesta que extreme algunos elementos, porque aún todo se percibe demasiado ajustado, ordenado y pulcro. Más sonoridades folclóricas, saturaciones electrónicas, ruidos y momentos de minimalismo pueden hacerle muy bien al trío porteño.
Cristobal Cornejo
Publicado en Rockaxis.com
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