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MUSICA
4 de mayo de 2020
Led Zeppelin IV: el cielo no podía esperar
El disco de los cuatro símbolos de Led Zeppelin que sirvió para devolver la gloria a la banda y dejar un sello imborrable en la historia del rock
Led Zeppelin IV: el cielo no podía esperar
Por Rodrigo Garcinuño
1 MAY. 2020
No puedo ser objetivo cuando hablo de Led Zeppelin, sinceramente, creo que, ni hay, ni volverá a haber una banda como ellos; no es que no se puedan juntar músicos tan grandes, ni que puedan crear canciones como las que ellos compusieron, pero la conexión que tenían no era normal, la mezcla de sus superpoderes les hacían ser, emocional y musicalmente, únicos. La mejor base rítmica de la historia del rock se construía con John Bonham, el batería más grande que haya visto el rock, y John Paul Jones al bajo, sin ellos no había banda, como tampoco la habría sin la guitarra de Jimmy Page y la asombrosa voz de Robert Plant, mira que no soporto a los cantantes chillones, pero él creó de su chillido un arte, rara vez hacía falsete, pero su registro es sobrecogedor.
Si me preguntan por mi banda favorita, tendría dudas entre muchas, pero si lo hacen por la que más me alucina, estos son Led Zeppelin, cada escucha de sus discos es un puñetazo al estómago, un chute de adrenalina que no tiene comparación con nada ni nadie. Y este trabajo es la culminación de la grandeza, no olvidemos que venían de firmar tres discos épicos.
Originales como ellos solos, no dudaron en bautizar a sus tres primeros trabajos como ‘I’, ‘II’ y ‘III’; pero venían con un enorme dolor de cabeza debido a las críticas sufridas por la desviación hacia lo acústico que habían desarrollado en el ‘III’, algo que hizo enfadar de tal manera a la banda, que decidieron sacar el disco sin ningún nombre, sin una sola letra en portada ni contraportada, solo una foto y, en el lomo, los símbolos que había elegido cada miembro y que se convirtieron en sello propio. Esto merece un análisis pormenorizado, pero, a modo de resumen, Bonham se decantó por tres círculos entrelazados simbolizando la trinidad, Jones tres semi círculos en honor a la mente, el cuerpo y el alma; Plant una pluma dentro de un círculo, en representación de Mu, un continente perdido, pero también, símbolo universal del escritor; mientras que Page se escapó con cuatro letras subrayadas: ZoSo, de las que nunca ha revelado su alegoría. Esto llevó a muchos fans a llamar así al disco ‘ZoSo’, a otros a continuar la tradición numérica como si de un problema de álgebra se tratara denominándolo ‘IV’, mientras que otros lo llamaban el disco sin título.
Así, contra discográfica, mánager y asesores, se convirtieron en los primeros en sacar una portada sin nombre de banda ni título, algo que harían nuevamente con ‘Houses of the Holy’ o ‘Presence’, aunque aquí sí accedieron a incluir una pegatina en el plástico exterior con los datos necesarios para reconocerlos.
Pero centrémonos en lo de dentro, en lo que retumba en nuestros oídos casi 50 años después. La mayoría surgió de un retiro a una casona alquilada en Hampshire, Headley Grange, allí llevaron el estudio móvil de The Rolling Stones, del que ya hemos hablado en otras ocasiones en Discazo. Un lugar sin interferencias para crear algo extraordinario, por ejemplo, la canción más radiada de la historia: “Stairway To Heaven”; por ejemplo, todo un alarde de fuerza y dinamismo rockero: “Rock And Roll”; por ejemplo, atisbos celtas: “The Battle Of Evermore” y “Going To California”; por ejemplo, uno de los trabajos más completos de la historia del rock. Por ejemplo.
EL DISCO
1. “Black Dog”. Nos lo querían poner difícil y decidieron abrir con un tema que no se puede bailar. La complejidad radica en que utilizan compases de 2/4, 4/4 y 5/4 y quizás sea eso lo que la hace uno de esos temas memorables (no puedo imaginar cómo sería la primera versión, en la que utilizaban un compás de 3/16). En directo tuvieron que deshacerse del 5/4 porque ni siquiera ellos eran capaces de entrar a tiempo; de hecho, en la original se pueden escuchar muy a lo lejos las baquetas de Bonham marcando el ritmo para cuadrar todos. El riff nació de la imaginación de John Paul Jones, pero el sonido es de lo más rebuscado, las guitarras tienen ese punto ácido de psicodelia de aquellos tiempos, grabadas, por cierto, sin amplificadores, sino únicamente con etapas. La banda va respondiendo a Plant en las estrofas al estilo de “Oh Well” de Fleetwood Mac, clara influencia en Robert y quienes aconsejaron a la banda recluirse en Headley Grange. Plant grabó este tema en dos tomas: espectacular. En la letra nunca aparece ese perro que da título a la canción y que hace referencia a un labrador que rondaba la mansión de Hampshire al que cogieron un afecto especial; aunque el tema aborda una relación espinosa. Increíble el primer solo del disco.
"I don't know but I been told
A big legged woman ain't got no soul"
2. “Rock And Roll”. Una de las entradas históricas de batería más espectaculares del rock (basada, sí, en “Keep A Knockin’” de Little Richard, pero con la mala leche de los 70’s). Posiblemente es la única canción de este estilo de la que aún no me he cansado de escuchar y de tocar. Y surgió de un atasco, estaban intentando rematar “Four Sticks”, pero no lograban dar con clave, lo que llevó a Bonham a improvisar un ritmo basado en el rock de los 50’s, John endiabló las líneas de bajo, Jimmy se sacó una suerte de riff que quedó para siempre y Robert improvisó una letra acordándose de clásicos como "The Book of Love" de The Monotones y "The Stroll" de The Diamonds. Pero el punto lo puso el teclista de The Rolling Stones, Ian Stewart, que nos dejó un colchón épico. De lo del solo de guitarra, ya, ni hablo.
"It's been a long time since I rock and rolled
It's been a long time since I did the Stroll"
3. “The Battle of Evermore”. Un ejercicio de armonía absolutamente asombroso entre Robert Plant y Sandy Denny, única colaboración vocal que ha tenido Led Zeppelin en todos sus discos de estudio, por la que se ganó un símbolo propio junto a los ya mencionados del resto de miembros de la banda. Para el tema, Plant se inspiró en “El Señor de los Anillos’, una saga que le entusiasmaba, de hecho, había llamado a su perro Strider, que era el nombre de la espada de Aragorn en la primera parte del libro. Mientras que la música corrió a cargo de Page, que la construyó sobre melodías celtas mientras probaba una mandolina que le había prestado Jones. El juego que ofrecen las voces durante toda la canción se hace gigante durante el último minuto. Fantasía pura.
"At last the sun is shining
The clouds of blue roll by
With flames from the dragon of darkness
The sunlight blinds his eyes"
4. “Stairway to Heaven”. La canción de la polémica, aunque las noticias han sido positivas en los últimos meses para Led Zeppelin, que ha ganado la batalla judicial a Spirit en su lucha por la propiedad del tema, algo que llevaba coleando décadas y que, finalmente, se decantó a favor de Led Zeppelin. Si en su día fue la canción más popular del mundo, es lo que heredarán las generaciones por venir… Construida en tres secciones muy diferenciadas que van adquiriendo personalidad propia y elevando la canción, la primera parte con una de las progresiones de acordes arpegiados de guitarra más estudiadas del mundo y la melodía increíble de voz, acompañados por la flauta dulce. La segunda parte comienza a adornarse con la guitarra eléctrica acompañando a la acústica y hace aparición el contrabajo y los teclados hasta que llega la batería a reforzar y a dar paso a la última sección, más rockera y contundente, con un solo de guitarra incomparable y que ha sido calificado como uno de los mejores de la historia del rock. Tras el mismo, y rozando el falsete, Plant interpreta una coda épica. Para escribir la letra, Robert Plant utilizó lo que se llama escritura automática, que se basa en dejar fluir las palabras según van saliendo de su pluma, con lo que la interpretación de la canción dependerá, exclusivamente, de quien la escuche, aunque se puede entrever ese paso que hay entre la vida y la muerte; eso sí, a raíz de los rumores sobre mensajes satánicos con la escucha del disco al revés, Robert ha afirmado en multitud de ocasiones que su música es para escucharla solo en hacia adelante, no hacia atrás. A pesar de su popularidad y la presión del sello, no quisieron sacar la canción como single con el fin de que se vendieran más discos. Una visión empresarial espectacular.
"There's a sign on the wall
But she wants to be sure
'Cause you know sometimes words have two meanings"
5. “Misty Mountain Hop”. Una rareza que enamora. El inicio lo marca Jones con el teclado al que se le une la guitarra y ahí comienza el baile. Aunque haga referencia, nuevamente, a una de las localizaciones de ‘El Señor de los Anillos’, la letra se centra en un grupo de hippies que son arrestados por consumir marihuana.
"They asked us to stay for tea and have some fun
Oh, oh, he said that his friends would all drop by"
6. “Four Sticks”. Otro perro verde, con compases inusuales de 5/8 y 6/8, por lo que resultaba complicadísima su ejecución, algo que frustró a Bonham mientras la grababan, que acabó tocando con dos baquetas en cada mano, motivo por el que decidieron darle ese nombre al tema (“Cuatro palos”). No intentes buscarle un significado a la letra, es lo más ‘Twin Picks’ que vas a encontrar.
"And when the owls cry in the night
And baby when the pines begin to cry
Oh baby, baby, how do you feel?"
7. “Going to California”. Momento para tomarse un pequeño respiro entre tanta locura. La mandolina conducida por Jones y la acústica por Page en afinación Drop D, acompañan la fabulosa melodía celta, un estilo que acompañará a Robert en su viaje como solista más adelante. Un hombre, cansado de la vida con su pareja, viaja a California, tierra de terremotos, a encontrar un nuevo amor. Parece ser que pensaban en Joni Mitchell, una de sus musas, cuando hicieron la canción.
"Someone told me there's a girl out there
With love in her eyes and flowers in her hair"
8. “When the Levee Breaks”. Acabar el disco con un blues clásico escrito por Kansas Joe McCoy y Memphis Minnie en 1929 llevándolo al extremo que a ellos les gusta, modificando la canción casi al completo y con una concepción de mezcla que lo hace uno de los grandes temas del trabajo. A pesar de durar más de siete minutos, se convierte en una de esas canciones hipnóticas que te hacen cerrar los ojos. La voz tranquila de Plant suena, en ciertos momentos, a ultratumba debido a un efecto de eco invertido, es decir, que se escucha antes el eco que la voz. Las guitarras y el bajo no siguen la progresión de blues estándar que tenía esta canción, sino que se mantienen en el mismo acorde durante todo el tema. Mientras que la batería se grabó de un modo totalmente innovador, colocaron los micrófonos colgados en el tercer piso mientras Bonham tocaba en el primero en el hueco de las escaleras, haciendo que el sonido llegara con una reverb muy especial, lo que ha llevado a muchos grupos a usarlo como sampler en sus canciones. Aparecen, después, la armónica y el pedal Steel disfrutando a lo grande.
"When the levee breaks I'll have no place to stay
Mean old levee taught me to weep and moan"
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